domingo, 31 de mayo de 2009

Brasca y la pasión por el rugby


“La idea es terminar este año y dejar”, anunció Gabriel Brasca, octavo de Universidad Nacional de Río Cuarto y, el pasado domingo, árbitro del partido que Salsipuedes le ganó a El Carmen (Montecristo) por 28 a 10. Quizá deje de jugar, pero nunca dejará el rugby. El 2010 lo verá en las canchas haciendo cumplir la reglas. Tras su primer partido como juez en primera, charló con Ascenso Rugby y habló de su último año, de su pasado, de su vínculo con el deporte y hasta se animó a analizar el encuentro. Una charla imperdible con el jugador-árbitro-dirigente.
El fin de semana pasado era la posibilidad de descanso para todos los equipos. Pero en la Zona Desarrollo Centro se siguió jugando. Gabriel viajó desde Río Cuarto a dirigir su primer partido oficial de primera. Quería seguir en las canchas. “Uno lo hace porque le gusta. En vez de estar haciendo locro (siempre hacemos en semana de mayo), prefiero estar acá, no tengo que laburar”, cuenta entre risas, y termina: “En este fin de semana que podía descansar, vine a buscar un poco de rugby que es lo que me gusta”. De eso no hay duda.
Brasca, el jugador y el árbitro, ¿se preparan igual antes de un partido?. “A veces, antes de jugar salimos la noche anterior. Comemos un asado. Como árbitro me dije: ‘Hoy me dormiré temprano, tengo que estar bien’. Es más profesional. Venía pensando en cómo iba a ser. Nunca había dirigido a gente de mi edad”, confiesa Brasca. El domingo fue el debut. “Es un desafio nuevo. Por suerte el partido salió tranquilo. No hubo problemas; todos la pasamos muy bien. Eso es muy importante”. ¿El partido? “Muy lindo: dos equipos predispuestos a jugar. Ninguno tuvo mala intención. Salsipuedes fue superior”.
Brasca siempre estuvo ligado al rugby. Es comerciante, estudia abogacía (tercer año), pero a sus 36 años y con más de tres décadas jugando, quiere seguir conectado como sea con la guinda. No sólo es jugador y árbitro, también se sumó un compromiso más: es el secretario de la divisional. Pensando en su club, la “Uni”, decidió iniciarse en el arbitraje: “El año pasado dirigí Jockey y San Martín, el clásico de Villa María. Con esto seguiremos con Daniel (Borsarelli), José (Borquez) –ambos árbitros de Universidad- y Leo (Lejtneker), con quien hice el curso que dictó Mancuso (Javier) en Río Cuarto”.
La iniciativa tiene que ver con el reglamento del ascenso. Cada club debe presentar postulantes-aspirantes a árbitros, Gabriel asegura que la decisión de dirigir tiene que ver con la necesidad de “ponerse en regla con la Unión, que es una forma de crecer". La realidad es que Gabriel tiene como objetivo dejar de jugar en el 2009 y arrancar el 2010 como árbitro. “Los juveniles vienen bien y ya pueden subir”, asegura. Y explica: “La idea es tratar de estirar lo más que podamos con los chicos. Si los viejos tenemos que hacer un año más lo hacemos. Ellos necesitan realizar una etapa de consolidación como grupo. Yo dejaré de jugar. Hay muchas tareas para hacer”.
El octavo de Universidad, que alguna vez pasó por Neuquén Rugby, perteneció a Córdoba Desarrollo y Urú Curé, para terminar en la “Uni”, hace notar el cariño por la institución a la que pertenece y se ilusiona con hacer de Universidad un club. “Estamos haciendo un crecimiento importante. Nos dividimos tareas; algunos somos árbitros, otros entrenadores, algunos estén en la Comisión Directiva. No tenemos gente de arriba que nos acompañe. Nos dan la cancha, pero la marcamos nosotros. Todo el trabajo es de los jugadores. Lo bueno es tener una institución con la que nos identificamos, algo para sentirse respaldado”. Tal como su entrenador Julio Orellano ya le dijo a Ascenso Rugby, Gabriel entiende que más que aspirar a un ascenso, ellos prefieren “afianzarse en la categoría, hacer las cosas bien para consolidarse como club y ahí sí, soñar con subir”.
Sin descartar un regreso a las canchas como jugador, en el caso de “recibir muchas puteadas”, Brasca se abre camino en el mundo del arbitraje. Nunca se planteó dejar el rugby. Siempre estará. Hoy como jugador y árbitro. Mañana será solo como árbitro. ¿Y cómo entrador? “No, por el momento no. Si sale algo con los chicos sí, pero para ser entrenador me faltan años de rugby. Me quedó con la organización y con el referato”.
En Salsipuedes, Gabriel Brasca anotó su nombre. El jugador-árbitro dirigió su primer partido en primera. El año próximo quizá no juegue más, pero seguirá unido al rugby. Siempre corriendo detrás de una guinda.

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